Quiero reiterar, como dije en la conferencia el día 22 en el Centro Árabe Sirio de Madrid, que los intelectuales estamos para hacer cultura y tratar de unir así, a los diferentes pueblos de este planeta tan extenso como diverso; porque estoy convencida que el conocimiento nos ayuda a entendernos y a respetarnos.
EL LENGUAJE Y
LA ESCRITURA EN LA PSICOLÓGIA DEL SER HUMANO. DENTRO DEL MARCO DE LA POESÍA DE
LUIS CHAMIZO
Luis Chamizo
Triguero, 1894 -1945
Poeta y dramaturgo
extremeño que cantó a su tierra y a los más desfavorecidos en un lenguaje que
él denominó Castúo, (habla extremeña).
Antes
de comenzar a hablar de Luis Chamizo y puesto que su poesía está marcada por
las circunstancias sociales de un periodo que transcurre entre los siglos XIX y
XX, vamos a dar unas breves pinceladas, a modo de recordatorio, sobre el
proceso histórico de Extremadura, dado el valor que adquiere para un
intelectual, el tiempo histórico en el que escribe y se va desarrollando su
obra.
PINCELADAS HISTÓRICAS
Para las
regiones fronterizas y marginales -como Extremadura- el período de maduración
histórico fue especialmente largo y esforzado, ya que su situación y su paisaje
impidieron la cohesión étnica de sus habitantes y la tranquilidad suficiente
para crear una cultura y una mentalidad propias.
Siempre
expuestos a agresiones exteriores y al dominio de pueblos foráneos, obligados a
cambiar frecuentemente las ideas básicas sobre Dios y el mundo, las gentes
extremeñas hubieron de acomodarse durante siglos a construir siempre sobre
ruinas y a pensar en verdades relativas.
Por
eso, cuando el Cristianismo medieval y el feudalismo ofrecieron un cimiento
cultural firme sobre el que vivir -a partir del siglo XIII- los extremeños se
abrazaron a ambos con entusiasmo, intentando conservarlos como esencia de su
cultura y de su historia.
El
Renacimiento apenas influyó en sus gentes y la mentalidad medieval fue una losa
pesada y coactiva de difícil remoción.
Llega la Edad Contemporánea, marcada por la pobreza y el atraso,
pobreza y atraso que se verían aumentados por las terribles consecuencias de la
guerra de la Independencia.
La
historia regional durante los siglos XIX y XX ha sido una continua crisis
social nacida a partir de aquella devastadora guerra y concluida con otra
contienda civil mucho más destructiva y sangrienta que hundieron a Extremadura
en un marcado subdesarrollo.
Pero poco a poco, Extremadura ve nacer una esperanza nueva con la
implantación pacífica de la democracia, y con ella, una autonomía regional.
***
Es
evidente que los hechos acaecidos a lo largo del tiempo, van configurando el
mapa social y personal de los seres humanos no sólo en su forma de estar en el mundo,
sino también en el modo de expresar sus ideas, tanto verbalmente como a través
de la escritura.
Luis
Chamizo supo reflejar en su literatura, -concretamente en su
libro EL Miajón de los Castúos-, como vivía gran parte de la sociedad
Extremeña, dentro de los periodos citados anteriormente.
EL
LENGUAJE
“El lenguaje en general es importante, no
sólo porque distingue a los seres humanos del restos de los animales de la
Tierra, sino porque, directa o indirectamente, posibilita la organización
elaborada de la sociedad civilizada… y el lenguaje en general es interesante ya
que, aunque todos conocemos y utilizamos una lengua determinada, son pocas las
personas que entienden lo que conocen. Tomar conciencia propia de lo que se
conoce inconscientemente implica un estado especial de entusiasmo”. -George A.
Miller (1991, pág. 2)
Cada
pueblo tiene una forma específica de expresar las necesidades que le surgen
dentro del entorno en el cual desarrolla su vida a nivel social y político. Pero
al mismo tiempo, necesita transmitir lo que piensa y siente desde el plano personal
y emotivo. En este punto lo cognitivo, -que es, como ya sabemos, la información
almacenada mediante la experiencia o el aprendizaje ya sea a posteriori o a
priori, es
de vital importancia.
Por
otro lado estaría la forma en la que desarrollamos lo aprendido, tanto en nuestra
vida personal, como social y política.
Sin
duda, el lenguaje, forma parte de algo que va más allá de establecer unas
relaciones entre los individuos que forman una sociedad.
-Para muchos de nosotros el lenguaje,
dice David W. Carroll en su libro Psicología del Lenguaje, pasa de ser un mero medio para alcanzar un
fin y se convierte en fin en sí mismo: Empezamos a disfrutar del léxico y los
juegos de palabras, así que escribimos poesía o relatos breves, jugamos con las
palabras en anagramas o crucigramas, leemos novelas en las ociosas tardes de
verano… La herramienta del lenguaje, que resulta vital para comunicar nuestras
necesidades y deseos básicos, se convierte además en una fuente de placer y
entretenimiento.
De ahí la importancia
en cuanto a la forma en la que lo utilizamos en nuestra vida diaria.
Noam
Chomsky nos dice en su ensayo, “El Lenguaje y el Entendimiento” : En todos los casos, excepto en los más
elementales, lo que hace una persona depende en gran medida de lo que esta
persona sabe, cree o espera.
El lenguaje está
asociado a un tipo específico de organización mental, no simplemente con un
nivel más alto de inteligencia. A sí mismo, las lenguas varían poco en su
estructura profunda, por más que puedan darse grandes variaciones en las
manifestaciones superficiales.
En
el siguiente ensayo: “Forma y Sentido en las Lenguas Naturales” dice: Cuando estudiamos el lenguaje humano,
nos acercamos a lo que algunos podrían llamar “la Esencia Humana”.
***
En
este punto, hagamos una breve incursión sobre nuestro poeta Luis Chamizo, cuando
reconocía en la palabra “Miajon” a la entraña identificativa del ser extremeño.
Aquí entraríamos en el terreno de esa riqueza semántica del “castúo” o habla
extremeña, ya que dentro de dicha palabra y todo lo que deriva de ella hay un
mundo lleno de emociones y sentimientos para aquellos que conocemos la
connotación especial que tiene para nosotros. En cambio, para los que no conozcan
el habla extremeña y se acerquen al diccionario para saber el significado de
“miajón” se quedarían sencillamente con el significado denotativo. También
están por otra parte la musicalidad que nos ofrece la pronunciación de cada
vocablo de este lenguaje tan especial como es el extremeño.
A
la hora de pronunciar esa “j” final la convertimos en una “h” espirada desde la
garganta, -que dicho sea de paso- tiene cierta similitud fonética con algunos
vocablos árabes-, y la convertimos así en una especie de aliento que saliera
del fondo de nuestra entraña.
Quizá
por eso Luis Chamizo la comparaba con la “entraña”,-valga la redundancia-, del
ser extremeño.
Y
es de esa riqueza de significados de donde quiero partir, para abogar por un
habla que corre peligro de perderse si los extremeños no la protegemos como uno
de nuestros mayores legados culturales.
Alonso
Zamora Vicente en su estudio “El habla de Mérida y sus cercanías” nos dice sobre
la palabra castúo: “hombre de pura cepa, indígena.
Si
vamos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española leemos: castúo, a. (De castudo, de. de casta). 1. adj. Ext. Mantenedor de la casta de labradores que
cultivaron por sí mismos sus propias tierras. 2. adj. extremeño (‖ natural de Extremadura). U. t. c. s. 3. m.
Modalidad de habla de Extremadura.
Luís Chamizo al acuñar dicho término para
referirse a una obra escrita en habla extremeña, (El Miajón de los Castúos, 1921), estaba dando una connotación singular
al pueblo extremeño, matizando así una forma de ser y estar en el mundo, al
mismo tiempo que un habla.
En
los archivos de las diferentes Hablas de Extremadura, elaborados por los
profesores Sofía Serrano Trenado y Francisco López Blanco con la colaboración
de José Antonio González Salgado, se recogen grabaciones de más de treinta
localidades, donde la forma de expresión es diferente.
En
el nuevo atlas de las lenguas en peligro del Mundo de la Unesco de 2009 está
recogido como un dialecto parecido al asturleonés. Al mismo tiempo, hay ciertos
autores que por su parecido con el cántabro, lo consideren una misma lengua.
Como
sabemos, en nuestra península, el castellano fue separándose sustancialmente
del latín a lo largo de la Alta Edad Madia. Influido por el sustrato prerromano
existente, recibió la llegada del pueblo visigodo, aliado de los romanos en
contra de los pueblos bárbaros, sin que en el ámbito idiomático le afectase
excesivamente. Pero apenas en los albores del castellano se produjo en nuestra
Península un hecho histórico de enorme trascendencia para nuestro idioma,
cuando en el siglo VIII los ejércitos procedentes del Norte de África penetran
desde Andalucía al resto del territorio peninsular. Emparejada con esta invasión
militar se produjo otra de origen léxico que marcaría la evolución de una
lengua castellana que iniciaba su independencia del latín.
El
pueblo extremeño ha ido desarrollado a lo largo del tiempo una forma de
expresión y con ella, una psicología propias que han ido dando forma tanto a su
carácter personal como colectivo. Tal vez fuera porque Extremadura estuvo
sumida en el aislamiento y el subdesarrollo durante un periodo demasiado largo,
o bien porque el afán creador del ser humano le lleva a producir aquello que
necesita si no lo tiene, -ya sean dioses, herramientas, o formas de expresión-,
como es en el caso que nos ocupa.
La
trayectoria histórica nos demuestra que el lenguaje de cada pueblo del mundo, forma
parte del patrimonio esencial de su ser y de su cultura, por tanto, el
aislamiento nunca puede ser sinónimo de incultura, ya que en cada reducto donde
haya seres humanos viviendo dentro de unas estructuras sociales, hay un
desarrollo y unas características que lo singularizan, aunque, por supuesto, haya
un desconocimiento en otros aspectos de la vida en general, y del lenguaje y la
escritura en particular, que no dejan de ser, a fin de cuentas, ciertos condicionamientos
compartidos en la mayor parte de los casos, ya que la tierra es grande y diversa
y no podemos alcanzarlo todo, aunque sí tengamos conocimiento de ello.
También
hay que decir, que el hombre del siglo XXI tiende a que cada vez haya menos
singularidades, ya que le mueve el afán de globalizar tanto las culturas como
las economías.
Desde
mi punto de vista, puede que estemos
corriendo el riesgo, -al igual que munchas especies anímales-, de estar en peligro
de extinción en cuanto a las características culturales que hay en cada rincón
del mundo.
El
habla extremeña es pura musicalidad. Y referente a su semántica, es un tesoro
semiescondido que algunos extremeños, deseamos que aflore de ese rico magma que
forma nuestra esencia humana, con la finalidad de entregarlo a las generaciones
presentes y futuras, ya que estoy convencida de que todo conocimiento que nos
ofrece el pasado, da un peso específico a nuestro momento presente, tanto a
nivel social como personal.
Nos
dice Luis Chamizo en el poema “Consejos del Tío Perico”:
No me jimples, no me
jimples, mocosina;
no t´ enfusques ni me
frates al respeto,
no reguñas,
Carnación, ni esparrataques los ojos
cuando yo te dé un
consejo […].
Estos
versos vienen a colación de ese tesoro escondido en cuanto a la semántica de
las palabras, porque cuando leí en su día “El Ruido y la Furia” de William Faulkner,
en la traducción de Ana Antón-Pacheco, me encontré con la palabra “jimplar”, se
pueden figurar que aquella palabra en la obra de Faulkner me sorprendió
bastante. Es verdad que las traducciones no tienen nada que ver, a veces, con
lo que el autor puso o quiso decir, pero no deja de ser curioso, como digo,
encontrarse con términos que los extremeños reconocemos como nuestros, en
cuanto a la forma de hablar.
En
algún libro de Gabriel García Márquez me he encontrado a veces con términos del
habla “extremeña”. En el caso de dicho autor se supone que no hay traductor
puesto que la lengua que compartimos los hispano-hablantes es el castellano. También
es cierto, que cuando desconocemos el origen de una palabra no podemos afirmar
quien se la prestó a quien, a menos que nos adentremos en el mundo de las
etimologías, y este no es el caso que nos ocupa en esta conferencia, que lo que
pretende es recordar la obra de un poeta, que quiso ensalzar ciertos valores
humanos, tal y como se ha hecho a lo largo de la historia con los héroes de las
grandes epopeyas de la literatura y, aunque los personajes de los que nos habla
Chamizo en el “Miajón de los Castúos” no hayan pasado a formar parte de dichas epopeyas,
es innegable que formaron parte de la cultura y el desarrollo de una región.
Luis
Chamizo, a través de su poesía, nos deja claro como el lenguaje forma parte del
alma de un pueblo. Supo expresar hilando palabra tras palabra el sentir y las
vivencias, tanto personales como sociales, de aquellas gentes que vivía en
comunión con la tierra y con la sabiduría que esta les ofrecía, mediante el
lenguaje del terruño, -como él decía.
La expresión
hablada del extremeño forma parte de las raíces profundas de un pueblo. Y no
olvidemos que el árbol, si se hace grande,
es porque sus raíces están bien afianzadas a la tierra.
Las
diferencias lingüísticas tienen una riqueza específica para cada pueblo en
particular, dado el universo de conceptos que hallamos en las diferentes formas
de expresión. Por lo tanto, creo que dichas divergencias son uno de los legados
más trascendentales que tenemos para entregarnos unos a otros.
Y termino este
punto, con la opinión de José Ortega Munilla
en su prólogo El Miajón de los Castúos,(1921)
Los idiomas van modificándose
según los grados geográficos. Apenas viajéis unas horas hallaréis las
diferencias. Quien se meta en el tren expreso de Andalucía para ver la primera
luz matutina en Despeñaperros, ya encuentra en el modo de vocear en el mozo de
la estación o los vianderos acentos distintos de los de Castilla la Nueva. Y
así va el vocablo cambiando de sonoridad y tal vez de sentido. Nada tan curioso
como este estudio de la palabra a través de los kilómetros de una expedición.
Diríase que no es el hombre el que habla, sino la tierra, el medio ambiente, la
tradición, las costumbres, el paisaje. Así el que intentara reducir todas las
formas idiomáticas a un solo concepto, erraría gravemente, porque ni el amor,
ni el odio, ni el negocio, ni la amistad, ni la polémica, ni la concordia, se
expresan de igual suerte en Valladolid que en Sevilla. Y ello no es sino la
prueba de que la naturaleza se impone y de ella surge todo, quieran o no
quieran los doctos.
LA ESCRITURA COMO
NECESIDAD SOCIAL Y PSICOLÓGICA
Y
así como no tenemos noción del nacimiento de las lenguas, sí conocemos los
inicios de la escritura, por tanto, me van a permitir que hagamos un viaje a los
primeros vestigios de la literatura-poética en honor a nuestro poeta Luis
Chamizo ya que él también nos dejo en su libro “El Miajón de los Castúos un
legado cultural escrito.
Nos
vamos a remontar al noveno milenio antes de Cristo hasta llegar al pueblo Sumerio,
fundadores de un nuevo tipo de vida o, al menos, fueron los sujetos que primero
la practicaron, pueblo este envuelto todavía en el misterio de su origen
geográfico, étnico e idiomático. El descubrimiento más significativo de los sumerios
sería la invención de la escritura.
Mesopotamia
Como
sabemos, en las altas regiones húmedas del Próximo Oriente se fue detectando
una lenta modificación en la vida de sus habitantes. Los factores económicos,
que desempeñaron un papel de capital importancia en aquel proceso, se vieron
alterados a diferentes y nuevos enfoques socioeconómicos, así como a
condicionamientos geográficos.
De
una economía depredadora se pasó paulatinamente a una economía de producción
basada en la agricultura y la ganadería.
Esta
nueva forma económica, que significó profundos cambios sociales, no fue
provocada por ningún estímulo exterior, sino que evolucionó y se desarrolló
dentro de los marcos en los que el hombre se hallaba inmerso y cuya
consecuencia más significativa sería arrumbar los regímenes de vida y comportamientos
sociales de las etapas prehistóricas precedentes.
Estos
acontecimientos fomentaron el aumento de riqueza y en determinadas zonas (cuyo
clima y feracidad natural eran apropiados) motivaron primero el nacimiento de
nuevas agrupaciones urbanas (aldeas) que luego evolucionaron a poblados, y que
se pueden detectar, ya, hacia mediados del quinto milenio antes de Cristo.
Aquella
nueva forma de vida, muy alejada de la aldea o del campamento seminómada
anteriores, vincularía al hombre a la tierra, lo volvería sedentario y, con
ello, le obligaría a crearse unos nuevos mecanismos de estructura social y
ordenación económica.
La
arqueología ha recuperado para la historia diferentes culturas desarrolladas en
las zonas de Mesopotamia y que arrancando del neolítico manifiestan esas
evoluciones hasta la etapa de la era del Bronce Antiguo. Jarmo, Hassuna,
Samara, Eridu, Tell-Halaf, Gawra, El Obeid, Uruk, Djemdet, Nasr, suponen
sucesivos progresos de toda índole y configuran una línea protohistórica
determinada.
Pero
como decíamos al comienzo de este enunciado, serían los sumerios los fundadores
de este nuevo tipo de vida, o al menos los sujetos que primero la practicaron. El
descubrimiento más significativo de aquellas gentes sería la invención de la
escritura que, nacida probablemente de las necesidades puramente mercantiles y
pragmáticas, pronto se convertiría en uno de los mayores instrumentos
revolucionarios del hombre.
Se
remonta hacia al año 3500 a.C. bajo la forma de una tablilla de barro cocido
descubierta en Kich (Iraq) que contiene la más antigua forma de escritura, con
pictogramas y símbolos.
La
historia externa de Mesopotamia está marcada por la sucesión de pueblos y
potencias belicosas que con diferentes mecanismos políticos y sociales, dentro
de una civilización hidráulica, irían poniendo las bases de la cultura en
general y de la literatura en particular.
Los
Sumerios habían logrado inventar un código de signos escriturarios (muy
complicado, desde luego) capaz de recoger las necesidades
económico-administrativas de su sistema político; pero también supieron
aplicarlo a sus necesidades religiosas. Reconocida su eficacia pragmática,
aplicaron tal sistema escriturario a todo tipo de manifestaciones espirituales,
técnicas o científicas. Como ha señalado H. Schomökel, desde la inscripción
conmemorativa hasta la obra literaria como tal, fue necesario recorrer un largo
camino, pero es innegable (y así lo ha demostrado la arqueología) que los
sumerios lo supieron recorrer.
Los
sumerios , debido a una serie de pueblos que les sucedieron en el ámbito
geográfico mesopotámico, terminaron por desaparecer de la Historia, pero su
técnica escrituraria (y naturalmente, sus creaciones literarias) sobrevivieron,
siendo asimiladas por los acadios, luego por los babilonios y, finalmente, ya
en el primer milenio a.C., por los asirios, quienes, con afán enciclopédico,
queriendo dar sentido permanente e imborrable a todo el saber de los pueblos
anteriores, reunieron en magnas bibliotecas infinidad de textos de toda índole.
Estos
pueblos copian, traducen, retocan los textos sumerios, aunque no puede
evaluarse, hoy por hoy, el nivel exacto y el alcance de tales actividades, con
dicho interés contribuyeron no sólo a perpetuar lo sumerio, sino a salvarlo
para la posteridad.
La
complejidad de toda la producción escrita en idioma sumerio es evidente, hasta
tal punto que, como señaló hace ya tiempo B. Meisser, es imposible realizar
siquiera un esbozo de las literaturas sumeria y babilonia, sobre todo, -aparte
de la variedad de temas tratados y la imposibilidad de tratar los mismos- por
el estado tan fragmentario en que han llegado y están llegando a nosotros las
tablillas cuneiformes.
El
material escrito sumerio, incluido originales y copias, realizadas tras la
desaparición de este pueblo, es enorme. Y de todo ese ingente material únicamente
el diez por ciento, más o menos, en opinión autorizada de S. N. Kramer, puede
ser considerado como texto literario. Y así, sin conocer el nombre de los
autores, los mitos, himnos, lamentaciones, proverbios, relatos épicos, cartas,
anales, listas reales, textos jurídicos y religiosos se presentan como un
fabuloso legado cultural, dejado por los pueblos mesopotámicos a la humanidad.
POEMA DE GILGAMESH
Gilgamesh
No
podía dejar de dar unas pinceladas sobre este primer Poema épico de la
historia, ya que el fin de esta conferencia, como decía anteriormente, es hacer
un homenaje a nuestro poeta Luis Chamizo y al legado escrito que nos dejó sobre
un estilo de vida, y de una forma de hablar de la cual aún perduran palabras suficientes
para considerarla, si no como lengua, sí como un dialecto por aquello de que
los dialectos, como dice Fernando Lázaro Carreter en su libro Lengua Española,
son estructuras genéticas, por el hecho de venir de una lengua madre.
De
ahí el motivo de ensalzar la obra de Chamizo como un legado cultural relevante,
ya que somos indudablemente herederos de Gilgamesh, Ulises, Alejandro Magno,
Valdivia, Hernán Cortés… y porque seguimos comportándonos con los patrones
ancestrales que nos marcaron aquellos primeros humanos de los que tenemos
noticias escritas, en cuanto a la forma de ser y estar en el mundo.
El
“Poema de Gilgamesh” constituye tanto por su cronología como por su contenido
argumental y fuerza poética, la primera de las epopeyas clásicas.
Es
evidente que el Poema, tal como hoy lo conocemos en su versión ninivita, no
tuvo una unidad argumental en un principio, sino que fue el resultado de
diferentes yuxtaposiciones de poemas sumerios, perfectamente diferenciados, que
recogían dos ciclos de carácter épico: el de Enkidu, personaje fabulado,
totalmente literario, y el de Gilgamesh, legendario rey de Uruk y de muy
probable existencia histórica.
Tabilla cuneiforme
El
protagonista del poema acaba siendo Gilgamesh, que lucha por cambiar su
indefectible destino (intento que se verá abocado por el más estrepitosos de
los fracasos), se modulan cuestiones intemporales y de categoría universal en
conexión con la naturaleza humana: el amor, la amistad, el dolor, el miedo, la
aventura, la guerra, la religión, el hombre y la naturaleza, la fama y la
gloria, la muerte, la resignación…
Por
primera vez quedan fijados en la sucesión de los poemas, ahora estructurados en
un todo unitario, arquetipos de conducta que poco a poco, por tradición primero
oral (H. Limet) y luego escrita, a través de los siglos alcanzará su forma
definitiva.
Eminentes
historiadores y biblistas están de acuerdo en afirmar, que el Poema llegó a
conocimiento de los griegos de la época micénica (los contactos comerciales
serían el vehículo), siendo sus reflejos muy evidentes en la épica homérica y
en los textos hesiódicos (K. Gressth, A.Ungnaad, J. Fortes).
Estas
pinceladas en cuanto al Poema de Gilgamesh.
Y
ahora volvamos a Chamizo.
Cuando uno se adentra en su obra, ve con
claridad que hay algo más que una forma de expresión escrita, notoriamente original.
Me
refiero, al mensaje profundo que circula dentro de cada poema.
A
veces, es difícil saber lo que el escritor pretende decirnos o denunciar, y por
ello, deja a nuestro libre albedrío las diferentes interpretaciones que cada
uno queramos o podamos hacer.
Cada
vez que leo “El Miajón de los Castúos” se vienen a mi mente imágenes de
aquellas madres amamantado a sus hijos, dándoles a veces, el único alimento del
que disponían: la leche que salía de su propia entraña. Veo también a esos
hombres y mujeres recogiendo las espigas “saltonas”
-como me decía mi abuelo- y que eran aquellas espigas que se les caían a los
segadores de los haces. No tenían más remedio que recogerlas para poder hacerse
algún pan o bien para elaborar una suculentas puchas, gachas o poleas que, -como
dice el refrán, tres nombres tienen las
condenas-, y que son como ya sabemos, una especie de puré, -en aquellos años-,
en vez de hacerse con harina de trigo, la mayor parte de la población las
hacían con aquella harina llamada almorta,
y de la cual se tiene constancia, de que se utilizaba hace cuatro
mil años en la India, y de sus efectos nocivos.
-Permitánme
este inciso-Galeno hindú Susruta preconizaba por primera vez en el siglo IV
a.C. que "Cuando hay un temblor
al caminar, se cojea, y la organización de las articulaciones se afloja, se le
conoce como Kalayakhanja".
También
se tiene constancia del mal en occidente por medio de Hipócrates (460-355 a.C.)
cuando decía que la ingestión de ciertas semillas de leguminosas pueden causar
parálisis al consumirlas.
En el
año 595 otro galeno, Ain-i-Akbari, en su obra Abul Fazal dice lo siguiente: “Kisari es el
nombre de un garbanzo o lenteja, que comen los pobres, pero no es sana”.
No
sería hasta 1990 cuando una serie de científicos desarrollaron ciertas
variedades sin neurotoxinas
.
Vaina de almorta
Hemos
recordado este dato, -ya que tanto en Extremadura como en otros lugares del
mundo, la extrema pobreza ha hecho que los seres humanos, en muchos casos, se
alimentaran de lo que hayan tenido a su alcance, aunque dicho alimento, pudiera
ser nocivo para la salud.
Cuando
leo El Miajón de los Castúos, me
pregunto qué es lo que nos está diciendo
Chamizo, cuando nos habla del sacrificio que supone la supervivencia humana en
condiciones de extrema pobreza. Les quiero dejar a ustedes también con dicha
pregunta, para que cuando se acerque al “Miajón” evalúen, el mensaje profundo
que encierra su obra.
Por
mi parte, y después de haber analizado El
Miajón de los Castúos, estoy
convencida de que Luis Chamizo quiere que por encima de todo, el ser humano tenga
siempre presente su propia dignidad aún por encima de las carencias que pueda
padecer. Es por ello que ensalza el valor
y la bravura de aquellos que se atrevieron a partir de su tierra para salir de
la indigencia en la que vivían.
Chamizo
nos habla de la honradez como símbolo de la propia dignidad del individuo, punto
este de vital importancia en el El Miajón de los Castúos”.
Por
ello, he querido equiparar el Poema de
Gilgamesh con el Miajón de los Castúos, ya que aquellos primeros escritos sientan
las bases de ciertos arquetipos para la literatura futura.
Chamizo
nos habla en su obra de aquellos héroes, unos triunfantes y otros fracasados, con
el fin de que no olvidemos lo que somos y de dónde venimos los extremeños.
Dice
nuestro autor: los nietos de los machos que otros días/
trunfaron en América, al igual que Gilgamesh, nuestros héroes parten
porque desean cambiar su destino. Los extremeños, motivados por el hambre y la
miseria del momento social y político por el que atravesaban, pero lo realmente
importante en este caso, es que se atrevieron a partir, aunque no supieran lo
que iban a encontrar. Conquistan un continente. Avasallan. Unos triunfan y
otros fracasan. Fueron a su vez conquistados porque se mezclaron con otras
razas y culturas, dejándonos así para posteridad, el poso ya pacífico, del
hermanamiento por la sangre.
Hay
una cosa cierta, y es que no todos los seres humanos se atreven a dar el salto
inicial que cambiará sus vidas, ni tienen el valor para lanzarse a la búsqueda
de lo desconocido. Probablemente, ese salto forme parte de la inconformidad ante
la injusticia, en cuanto a las carencias de todo tipo.
Los
condicionamientos puede que sea lo que menos significativo. Lo trascendental es
reunir el valor necesario, como decía, para dar el salto inicial, ya sea real o simbólico, pero tener el ímpetu
preciso para lanzarse a la aventura que supone la búsqueda, no sólo de la
supervivencia, sino de uno mismo.
***
Recordemos
en este punto, los caminos por los cuales ha tenido que pasar y evolucionar a
lo largo del tiempo la escritura hasta que se desarrolló el primer alfabeto:
Época de la pictografía: Cuando los Sumerios, Egipcios,
Hititas y Chinos consiguieron poner imágenes a los significados.
Época de la ideografía: El hombre siempre ha querido
expresar ideas tales como comer, beber o andar. Para ello realizó varios
pictogramas que unidos simbolizan una idea.
Etapa del simbolismo (Jeroglifico).
Época de la escritura cuneiforme: La escritura
evolucionó en Mesopotámia y Siria de formas pictográficas hacia formas
cuneiformes.
Época de transición al alfabeto: La escritura de Sinai
evolucionó hacia una forma muy similar a los caracteres alfabéticos, pero con
las formas pictográficas.
Sinai,
1600 – 1500 a.C.
Latín,
200 a.C.
Árabe,
700 d.C.
Siria, origen del primer alfabeto
Los
Ugariticos (1400-1300 a.C.), consiguieron la primera escritura Alfabética con
caracteres cuneiforme, lo cual proporcionó a la humanidad un gran salto hacia
la civilización.
De aquí pasamos a los
diferentes pueblos como fueron Cananeo (Biblos) 1300-900 a.C.
Moabeo
1000-900 a.C.
Árabe
Meridional 900 a.C.- 700 d.C. Zandeo, Lihaneo, Safaita, Sabaeo.
Arameo
900 a.C.- 270 d.C.
Hierático
700 a.C.
Griego
700 a.C.
Geroglífico
600 a.C.
Nabateo
400 a.C.-100 d.C.
Latín
200 a.C.
Palmirense
44 a.C.-270 d.C.
Siriaco
200 d.C.
Mendaeo
600 d.C.
Árabe
700 d.C.
Todo
esto, en cuanto a las distintas formas de escritura que las diferentes culturas
han ido componiendo el universo humano.
***
Es
evidentemente que nos hemos ido enriqueciendo unas culturas de otras, y nos
reforzamos al adherir lo desconocido a lo que ya tenemos.
EL POETA
Luis
Chamizo, como vengo repitiendo a lo largo de esta conferencia, quiso ensalzar a las gentes más sencillas del
terruño, dejando bien marcado, -sobre el papel y no en tablillas de barro como
hiciera el pueblo sumerio-, el orgullo, la dignidad, la bravura y el valor de
los extremeños más desfavorecidos, hombres y mujeres sin cultura, pero llenos
de una gran sabiduría, sabiduría que adquirían del contacto con la naturaleza y
del medio extremo en el que vivían. Hombres y mujeres sin nombre que formaron
parte del desarrollo de una región, y que la mayoría de los extremeños del
siglo XXI somos herederos legítimos de aquella casta de recios labradores
extremeños.
Luis
Chamizo nos demuestra mediante ese legado cultural escrito, que amó a su tierra
y a sus gentes, y lo expresó a través de ese lenguaje tan peculiar que los
extremeños de hoy, casi hemos olvidado.
NACE en Guareña (Badajoz)
en 1894, y muere en Madrid en 1945. La profesión de su padre (alfarero)
condicionará la vena poética de Chamizo.
Estudia
bachiller en Madrid y Sevilla, y será en esta ciudad donde se diploma con el
título de perito mercantil, posteriormente se gradúa en Madrid en la carrera de
derecho.
Regresa
a Guareña para dedicarse a la representación de conos (tinajas cilíndricas para
conservar el vino). Alrededor de 1920 trabaja como pasante en la notaría de don
Vitoriano Rosado Munilla en Don Benito (Badajoz). Así mismo colabora en el
periódico La Semana de Don Benito.
En
plena dictadura de Primo de Rivera durante los años 1924-1925, Luis Chamizo fue
alcalde de Guadalcanal. El 16 de mayo de 1924 es nombrado académico
correspondiente de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.
En
uno de sus viajes a Madrid conoce al poeta extremeño Manuel Monterrey. Se
acerca a la tertulia del Café de Pombo, de Ramón Gómez de la Serna y de
Benavente. Sin embargo, él se ensimisma en el verso modernista de Rubén Darío y
Amado Nervo.
Por
la edad debía de haber sido de la generación del 27, pero, a pesar de estar
relacionado con Eugenio Frutos, se aleja de lo nuevo del momento y se dedica
con personalidad singular a hacer una poesía regionalista, de la que carecía su
tierra natal.
Luis
Chamizo se alzará con una poesía épica, lo cual sentó muy mal en algunos
ambientes elitistas de la cultura. Sólo ciertas mentes abiertas entendieron su
significado, entre ellas se encontraban Antonio Maura y José Munilla.
Chamizo
no se encuentra aislado, tiene una idea arraigada, rescatar el valor de la
sabiduría del hombre no culto, la cual ya habían iniciado los intelectuales de
la Institución Libre de Enseñanza en el siglo XIX, que contaba con la nómina de
Giner, Antonio Machado y Álvarez, Joaquín Costa en la primera etapa, y con
Antonio Machado, Manuel de Falla, y Juan Ramón Jiménez en la segunda. Sus
coetáneos Federico García Lorca y Alberti con verso cuidado y singular también
cantan al pueblo y sus costumbres.
La
primera poesía que se conoce de Luis Chamizo se titula En el remanso, fechada en 1913. De 1915 es el poema Semana Santa en Guareña.
La
producción literaria de Luis Chamizo se agrupa en tres libros publicados en
vida del autor:
El Miajón de los Castúos,(Rapsodias extremeñas)1921. A raíz de este poemario es cuando acuña la
definición de castúos, con la intención de denominar una obra escrita en
extremeño. Más tarde se populariza dicho término para referirse a todas las
hablas extremeñas.
La
obra de teatro Las brujas. Poema
dramático de ambiente extremeño en tres actos y en verso, se estrena en 1930 en
Sevilla y Madrid.
En 1942 publica Extremadura (poemas).Con
prólogo de José López Prudencio. Estas obras están escritas en dialecto
extremeño. Será José García Nieto quien daría a conocer en 1967 la obra de Luis
Chamizo en lengua castellana, bajo el título de Poesías castellanas.
Y
ahora, analicemos brevemente la poética del El Miajón De Dos Castúos
Afirmaba
Luis Chamizo:
Los castúos son los castizos mantenedores de una casta de
labradores que cultivan por sí sus propias tierras, el Miajón es la entraña
identificativa del ser extremeño.
Y
vuelvo a citar la Unesco: estos hombres y
mujeres son patrimonio intangible de los pueblos que formaron parte de la
historia y del progreso, pero que nada o muy poco se sabe de ellos.
Don
Miguel de Unamuno diría que son aquellos hombres y mujeres que forman parte de
la intrahistoria.
La primera
composición de este poemario se titula Compuerta, -palabra que utiliza como
sinónimo de prólogo-, expone en este poema el significado del libro. Después de
una breve descripción a través del campo extremeño, al que caracteriza con las
voces alcornoques y dehesas, se dirige a los viajeros por medio del uso
anafórico de la palabra vusotros. Les increpa a que se queden en la tierra
que pisan, con el fin de conocerla mejor y así, poder amarla. Si nos damos
cuenta aquí hay una contradicción, ya que por un lado ensalza a los Conquistadores
de otro tiempo, y por otro, no quiere que nadie se vaya de su tierra.
Y les dice:
Vusotros, los que vais dentro del
bicho
que juyendo retumba y traquetea,
¿no sentís al pasá junto por
junto
al mesmo corazón de nuestras
tierras
argo asín com´ argún juerte deseo
que s´eschanguen del chisme toas
las rueas
pa queäros aquí, junt´ a
nusotros,
pa endurzá una mijina nuestras
penas,
pa rumiá nuestro pan y
p´ampaparos
en sal del süor que nus chorrea?
Las diversas
composiciones de esta obra giran en torno a narrar la epopeya de este pueblo
que necesita un rapsoda.
El poema Consejos
del Tío Perico, gira sobre las directrices para que la moza casadera
elija a un castúo honrado como marido. La honradez, circula a lo largo de todo
el poemario como algo de vital importancia
Quiere un hombre, quiere un
hombre d´ estos hombres
ya curtíos por el frío del
invierno,
y tostaos por el sol del meyodía,
y bañaos po las aguas de febrero,
y besaos po la luna cuando
duermen
en las eras, junt´ al trillo,
cara´ l cielo.
Que estos hombres son los machos
d´ una raza
de castúos labraores extremeños
que inorantes de la cencias de
los sabios
la jondura d´ otra cencia
descubrieron
cavilando tras las yuntas
en la paz de los brabechos.
En el poema La experiencia, la suegra quiere enseñarle
a al recién casada toda una filosofía sobre lo que debe ser la convivencia para
que todo marche bien entre los esposos, para que así, cuando les llegue la hora
final, no tengan que enfrentarse a su mala conciencia.
Ven p´acá hija mía,
que yo soy ya vieja
y ya di ese paso que tú das agora
y vivi esa vida que llamamos güena,
y estrujé mis ojos pa secame el
llanto,
que a juerza del llanto m´entró
experiencia.
Mi Juan mesmamente paece un
chiquillo
y tú ere mu nueva,
y sus queréis mucho, y tenéis
ajorros,
Y estáis mu solitos dambos en la
tierra…
¡y este pícaro mundo es tan güeno
con los que así empiezan…!
Con cosina druce sus va engatusando,
sus tapia los ojos,
sus jace promesas,
y luego se ríe,
dispués que sus ceba
y sus eja solos ejando jieles
por el sumïero de vuestra
concencia.
En el Por
qué de la cosa, el marido defiende la honra de su mujer, la honra de
los pobres, para que el niño nazca con casta. Ya que él no quiere que su mujer
trabaje de rodillas recogiendo las espigas que quedan atrás en los rastrojos, y
al mismo tiempo desconfía de que su mujer pueda robarlas. En este poema Luis
Chamizo conjuga la honra y la dignidad, valores que se deben conservar a pesar
de la pobreza en la que se pueda vivir.
Y asín y tó no quiero qu´ arebusques
las migajas qu´ algunos se le
caen,
siquiera mientras lleves ahí
metío
nuestro mozo, porqu´ eso es
enseñarle
dende chico a doblar el espinazo
y a viví de la sobras de los
grandes;
y asín saldrá sin juerzas, sin
agallas,
sin brío, sin coraje
pa pescar el jocino y dir al
corte
pa llevase a los hombres por
delante.
Ya no güerves a di pa los
rastrojos.
Ya no juntas más jaces,
Qu´el muchacho no viene pa
escurrajas
Y me lo pués torcér con agáchate.
Porque, mira, muje, con esa cosas
¿sabes tú lo que jaces?
Pos le plantas el jierro de los
probes
que no lo borra naide.
Y hasta aquí
este recuerdo a un poeta que escribió a su tierra y sus gentes más humildes,
que cantó al hombre no culto, pero lleno de esa sabiduría que no se encuentra
ni en los libros ni en las universidades, sino que se encuentra, como Luis
Chamizo nos dice en uno de los versos que componen el poema, Consejos del tío Perico:
Cavilando tras las yuntas
en la pas de los barbechos.
Luis Chamizo
nos sigue recordando a los extremeños del siglo XXI en su libro El
Miajón de los Castúos, una
parte de esa identidad, de la cual, el extremeño, a veces, olvida con cierta
facilidad.
Y sin más, termino
con otro de los versos de nuestro poeta:
Porque semos asina, semos pardos,
del
coló de la tierra, (…)
Amelia Peco Roncero
BIBLIOGRAFÍA
- Marcelino Cardalliaguet
Quirant, Hirtoria de Extremadura
- Antonio Viudas Camarasa, Introducción
de El miajón de los Castúos (Rapsodias Extremeñas)
- José Ortega Munilla, Prólogo
del Miajón de los Castúos (1921)
- Federico Lara Peinado, Estudio
preliminar de, Poema de Gilgamesh.
- Mhd Ali
Alsouki, Museo Nacional de Damasco, (Siria).
-Fernando Lázaro Carreter, Legua
Española.
-Internet, Biblioteca Popular
Extremeña.
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